La ejecución efectiva de una estrategia es clave para alcanzar los objetivos organizacionales y fomentar el crecimiento. Sin embargo, llevar a cabo una estrategia puede ser un proceso complejo y desafiante que requiere un profundo conocimiento de los fundamentos de la gestión estratégica.
Según la encuesta Execution Gap Survey de Gartner (1), "aproximadamente el 40% de los líderes ejecutivos afirman que la responsabilidad empresarial y el liderazgo en sus organizaciones no están alineados con la ejecución de la estrategia".
Este dato demuestra claramente que cerrar la brecha entre la estrategia y su ejecución sigue siendo un desafío.
La ejecución exitosa de una estrategia requiere un enfoque estructurado que alinee todos los aspectos de una organización en torno a un objetivo común e involucre una comunicación efectiva, una planificación sólida y una implementación rigurosa.
Para lograr una ejecución estratégica exitosa, las organizaciones deben adoptar un enfoque integral basado en siete pilares clave: liderazgo, comunicación, alineación, implementación, medición, agilidad y responsabilidad.
Estos pilares son fundamentales para construir una base sólida que respalde la ejecución efectiva de estrategias en cualquier organización.
¿Qué es la ejecución de estrategias?
La ejecución de estrategias es el proceso de llevar un plan estratégico a la acción para alcanzar los objetivos deseados de la organización. Consiste en traducir los objetivos estratégicos de una organización en acciones concretas para lograr los resultados esperados.
Este proceso requiere una comprensión sólida de los objetivos organizacionales y la capacidad de movilizar recursos para alcanzarlos. También implica analizar el entorno externo para identificar cómo las fuerzas externas pueden afectar la estrategia de la organización.
La ejecución de estrategias debe incluir el monitoreo y la medición de los resultados para garantizar que la estrategia se implemente según lo planeado. Además, puede implicar realizar cambios en los procesos, procedimientos, estructuras, sistemas o equipos. Para ello, es fundamental contar con una comunicación efectiva, colaboración y compromiso a todos los niveles de la organización.
¿Por qué es importante la ejecución de estrategias?
La ejecución de estrategias es fundamental para que cualquier organización asegure la correcta implementación de su plan estratégico. Según diversos estudios, entre el 60 % y el 90 % de los planes estratégicos nunca se ponen en marcha. Esto nos demuestra la importancia de una adecuada ejecución estratégica, ya que es el puente entre la planificación de alto nivel y su correcta implementación.
Sin una ejecución adecuada, el plan estratégico de la organización podría no alcanzar los resultados deseados. Por ello, es crucial que las organizaciones cuenten con un marco integral de ejecución estratégica que garantice la consecución de los objetivos planteados.
Una ejecución estratégica efectiva permite a las organizaciones mantenerse competitivas, aumentar su eficiencia y mejorar la experiencia del cliente.
Los 7 pilares de una ejecución estratégica exitosa
Los siete pilares de una ejecución estratégica exitosa son:
- Creación de la estrategia
- Definición de objetivos empresariales
- Alineación de los objetivos empresariales y funcionales
- Visualización de todos los objetivos de la empresa
- Integración de las metas y el progreso del trabajo
- Monitoreo y medición del progreso
- Adaptación a un entorno cambiante
1. Creación de la estrategia
Investigar y formular una estrategia antes de ejecutarla es un paso fundamental en este proceso. Constituye el primer pilar crucial para definir los objetivos y metas a largo plazo de una organización. Este proceso implica un análisis exhaustivo de los factores internos y externos que impactan a la organización, así como la identificación de oportunidades clave, amenazas y desafíos asociados a la ejecución de la estrategia.
Es común que las organizaciones desarrollen estrategias basadas en datos, tomando en cuenta las condiciones del mercado, análisis históricos y la actividad de los competidores. Al formular una estrategia, recopile y analice información relevante para asegurarse de que sus ideas y objetivos estén alineados con datos objetivos. Use esta información para definir una estrategia de implementación realista y abordar las necesidades principales de la organización.
Vivimos en un periodo de cambios acelerados, y la velocidad de estos cambios no tiene precedentes. Esto exige un enfoque no lineal para la creación de estrategias. A menudo, este proceso es iterativo y requiere ajustes constantes y adaptaciones basadas en circunstancias cambiantes y retroalimentación.
Durante este proceso, es crucial que todos los miembros de la organización tengan acceso a la misma información y comprendan claramente los objetivos estratégicos de la empresa. Esto garantiza que todos trabajen hacia el mismo propósito y que los objetivos estén alineados con la visión general de la organización.
2. Definición de objetivos empresariales
Los objetivos empresariales actúan como la fuerza guía que dirige los esfuerzos y recursos de una empresa hacia la consecución de resultados específicos. Estos objetivos deben ser claros, medibles, realistas y alineados con las metas generales de la compañía. Una de las metodologías más utilizadas para establecer estos objetivos es la implementación de OKR (Objetivos y Resultados Clave) a nivel empresarial.
Con este enfoque, la organización define su estrategia y establece objetivos específicos que se alineen y la respalden. Estos objetivos suelen fijarse para un periodo determinado, como un trimestre o un año, y funcionan como metas a alcanzar. Establecer ciclos regulares para monitorear estos OKR es fundamental para garantizar el progreso y la alineación estratégica.
Por ejemplo, en Businessmap (anteriormente conocido como Kanbanize), realizamos revisiones estratégicas para analizar el panorama actual del mercado y evaluar nuestro desempeño en relación con los objetivos clave. La comunicación clara desempeña un papel crucial en este proceso, asegurando que todos los involucrados conozcan los objetivos, el progreso alcanzado y los ajustes necesarios.
Al definir objetivos empresariales claros, las empresas pueden priorizar sus actividades, asignar recursos de manera eficiente y monitorear el progreso hacia sus metas. Además, los objetivos bien definidos proporcionan a los empleados un sentido de dirección y propósito, fomentando la motivación y la alineación hacia metas organizacionales compartidas.
3. Alineación de los objetivos empresariales y funcionales
Para lograr una ejecución estratégica exitosa, es fundamental reconocer la importancia de alinear los objetivos empresariales y funcionales. Mientras que los objetivos empresariales (OKR de la empresa) definen las metas y aspiraciones generales de la organización, los objetivos funcionales traducen esas aspiraciones en planes e iniciativas accionables a nivel de equipo (OKR de los equipos).
Esta alineación garantiza que cada departamento e individuo dentro de la organización trabaje hacia metas compartidas, maximizando la eficiencia y la eficacia en la consecución de los resultados deseados. Al armonizar los objetivos de la empresa con los de los equipos, las organizaciones pueden fomentar un enfoque cohesivo e integrado para la ejecución de la estrategia, impulsando así un éxito sostenible.
4. Visualización de todos los objetivos de la empresa
En el contexto de una ejecución estratégica exitosa, la visualización desempeña un papel crucial para garantizar la alineación entre los objetivos de la empresa y las metas funcionales. Como se mencionó anteriormente, es fundamental tener una comprensión clara de los objetivos establecidos por la organización. Sin embargo, simplemente enunciarlos no siempre es suficiente para lograr una alineación efectiva y un seguimiento regular del progreso.
Al visualizar todos los objetivos de la empresa, los equipos pueden obtener una visión integral de la dirección estratégica y crear un entendimiento compartido de los resultados deseados. Esta visualización puede adoptar diversas formas, como tableros Kanban, gráficos, diagramas o paneles de control, que ofrecen una perspectiva completa de los objetivos de la empresa, el progreso y los indicadores de desempeño.
La visualización va más allá de las palabras y los números, proporcionando una representación tangible de las metas. Además, los ciclos regulares de revisión basados en estas visualizaciones permiten a los equipos monitorear el progreso, identificar desalineaciones y realizar ajustes necesarios de manera oportuna.
5. Integración de las metas y el progreso del trabajo
Para una ejecución estratégica exitosa, es fundamental establecer una integración fluida entre las metas y el progreso del trabajo. Al forjar esta conexión, las organizaciones pueden comprender la eficacia de sus esfuerzos y adaptar su dirección de manera ágil cuando sea necesario.
Esta alineación crucial permite evaluar si el trabajo realizado está generando los resultados deseados de manera tangible. Además, brinda la capacidad de realizar ajustes oportunos, asegurando que los esfuerzos se mantengan en línea con los objetivos generales de la organización.
Al vincular eficazmente las metas con el progreso del trabajo, las organizaciones pueden mejorar su agilidad y capacidad de respuesta, fortaleciendo así el éxito general de la ejecución estratégica.
6. Monitoreo y medición del progreso
Para realizar un seguimiento efectivo de la consecución de metas y garantizar un trabajo cohesivo, es fundamental contar con un lugar central donde se visualice y consolide toda la información relevante. Este centro de control actúa como un tablero de seguimiento (tablero de OKR y seguimiento de OKR), proporcionando visibilidad en tiempo real sobre el estado de diferentes iniciativas y objetivos.
Al disponer de una visión integral del progreso, las organizaciones pueden identificar posibles cuellos de botella, tomar decisiones informadas y actuar a tiempo para corregir desviaciones de los resultados deseados. Además, este enfoque centralizado de monitoreo y medición del progreso, a través de la visualización del trabajo y los OKR, permite que los equipos alineen sus esfuerzos, colaboren de manera más efectiva y se mantengan enfocados en alcanzar los objetivos estratégicos.
7. Adaptación a un entorno cambiante
En la búsqueda de una ejecución estratégica exitosa, uno de los pilares fundamentales es la capacidad de adaptarse a un entorno en constante cambio.
En 2001, surgió la necesidad de un enfoque que permitiera a las organizaciones ser más flexibles, receptivas y adaptables a los cambios. Frustrados con los métodos tradicionales, los "padres fundadores" del enfoque Agile crearon el Manifiesto Agile, basado en 12 principios. Estos principios transformaron la forma en que gestionamos el trabajo y los portafolios de proyectos en la actualidad.
No obstante, adaptarse con éxito a un entorno cambiante requiere el establecimiento de cadencias efectivas en toda la organización y fomentar una cultura de mejora continua.
A nivel de equipo, las revisiones de entrega de servicios y las retrospectivas Agile permiten reflexionar sobre el desempeño, identificar áreas de mejora y realizar ajustes necesarios para optimizar la entrega de servicios.
De manera similar, las revisiones operativas entre departamentos facilitan una evaluación integral de los procesos y flujos de trabajo operativos, asegurando la alineación con los objetivos estratégicos e identificando oportunidades de optimización.
En el nivel ejecutivo, las revisiones estratégicas desempeñan un papel clave en la evaluación de la efectividad de la estrategia general y en la toma de decisiones informadas para guiar a la organización en la dirección correcta.
Al implementar estas cadencias y fomentar un enfoque basado en la retroalimentación, las organizaciones pueden adaptarse proactivamente a un entorno cambiante y mejorar su capacidad para ejecutar estrategias de manera exitosa.